miércoles, 1 de agosto de 2012

El leer y escribir (fragmento)


"De todo cuanto se ha escrito, yo sólo valoro aquello que el autor ha escrito con su propia sangre. Escribe con sangre y comprenderás que la sangre es espíritu. No resulta fácil entender la sangre ajena; odio a los que leen por pasar el rato. [...] En otro tiempo, el espíritu era Dios; luego se hizo hombre, y ahora se ha hecho hasta plebe. Quien escribe con sangre y en forma de sentencias no lo hace para que le leamos, sino para que nos aprendamos de memoria sus escritos. En las montañas, el camino más corto es el que va de una cima a otra, pero para recorrerlo hay que tener unas piernas muy largas. Las sentencias han de ser cimas y aquellos a quien van dirigidas han de ser hombres altos y fuertes. El aire liviano y puro, el peligro al acecho y el espíritu colmado de una alegre maldad son cosas que combinan muy bien entre sí. Quiero estar rodeado de duendes, porque soy valiente. El valor que ahuyenta los fantasmas termina creándose sus propios duendes, y es que al valor le encanta reírse. Yo ya no tengo nada en común con vosotros; lo que para vosotros es un nubarrón que presagia una tormenta, para mí es esa nube que veo a mis pies, ese negror y esa pesadez que me producen risa.

Vosotros miráis hacia arriba cuando queréis elevaros, yo miro hacia abajo, porque ya estoy en las alturas. ¿Quién de vosotros puede reírse y al mismo tiempo estar en las alturas? Quien escala las cimas más altas se ríe de todas las tragedias, ya sean reales o ficticias. Nuestra sabiduría nos quiere valientes, irónicos y violentos; como mujer que es, sólo ama a los guerreros.


Vosotros decís que la vida es una carga muy dura de llevar. Pero,¿de qué os sirve vuestro orgullo por la mañana y vuestra resignación por la noche? Dejaos de blanduras: ¡pues claro que la vida es una carga muy dura de llevar! Pero para eso somos todos unos borricos y unas pollinas, robustos y sufridos. ¿Qué tenemos en común con el capullo de una rosa que se echa a temblar en cuanto le cae encima una gota de rocío? Realmente amamos la vida, no porque estemos habituados a ella, sino porque estamos acostumbrados a amar.


En el amor hay siempre un poco de locura, pero también hay siempre un poco de razón en la locura. Y yo, que soy amigo de la vida, pienso que las mariposas, las pompas de jabón y los hombres que son como ellas son los que más saben de felicidad. Zaratrusta se pone a llorar y a cantar cuando ve revolotear esas almas ágiles, locas, encantadoras y volubles. Yo sólo creería en un dios que supiera bailar. Y cuando vi a mi demonio lo encontré serio, grave, profundo y solemne; era el espíritu de la pesadez. Él es el que hace que las cosas se caigan. No se mata con la cólera, sino con la risa. ¡Venga! ¡Matemos el espíritu de la pesadez! Desde que aprendí a volar no espero a que me empujen para moverme de un sitio. Ahora soy ligero, ahora vuelo, ahora me veo por debajo de mí, ahora baila un dios por medio de mí."

Así habló Zaratrusta- F. Nietzsche

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