lunes, 20 de febrero de 2012

España.

Esta entrada no la componen mis palabras, sino cada uno de los besos que le querrías dar a alguien que, por una razón u otra, está lejos.

Se trata de todas las noches que se le echa de menos. Algunos se fueron en busca de amor, otros de trabajo, otros están estudiando y alguno buscando su sueño; y eso por no hablar del que se tiene que ir sin querer hacerlo.

Esta entrada es un manifiesto a la injusticia, es indignación al descubierto. Nadie tendría nunca que sufrir por un inocente reo. Supongo que siempre ha sido más fácil preguntar tarde y arrestar primero. Supongo que siempre ha sido más fácil dejar que el ladrón grande mande y coger al pobre pequeño. Darle prioridad a gilipolleces en lugar de preocuparse de lo que pasa en el pueblo.

Qué fácil es sentarse y criticar al muerto de hambre cuando tienes el estómago lleno, qué fácil dormir tranquilo cuando tienes una cama y un techo. Y qué fácil es apartar la mirada cuando no interesa verlo.

Qué fácil hacer leyes absurdas para que las comentemos y al final, nos quedemos en silencio. Para que de las cosas importantes, de las que urgentemente deberían cambiar...que de esas no hablemos.

Prohíbo, recorto, despido, y sigo adelante mientras me llene el bolsillo. Menuda máxima para un gobernante, menudo pueblo el que lo ha permitido.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Regreso

Ya lo he comprendido todo. A qué vino todo ese derrumbamiento, a qué ha venido la falta de inspiración y de motivación, por qué las cosas me fueron mal, por qué me rendí.

Yo tenía una meta y mi camino muy claro. Y me encontré con una piedra en medio, no me la esperaba y me dolió tanto no haberme dado cuenta que en lugar de buscar otra forma de volver a mi senda me tiré bajo un árbol y me quedé allí, esperando. Mirando las nubes moverse por el cielo, las estrellas por la noche hasta que todas se apagaban y asomaba el Sol de nuevo.

Llorando a ratos por haberme olvidado entonces ya de cómo volver, desorientada, aturdida. No sólo no recordaba el camino, si no que además no recordaba adónde quería llevar mis pasos.

Comencé un nuevo sendero por donde creí correcto. Debo confesar que me perdí muchas veces por el camino...y un día vi un lugar donde asomaba un poco más de luz que alrededor, y efectivamente fue un camino precioso, que lamentablemente al final me llevó a un lugar equivocado y del que me encuentro saliendo aún herida.

Pero siento que estoy recuperando la memoria, nunca debí mirar hacia otro lado. Voy a ponerme frente a la piedra y prometo que conseguiré abrirme paso.

También me he acordado de que una vez prometí que sonreiría todos los días, y ya me sale solo otra vez :)