miércoles, 14 de diciembre de 2011

Reflexiones.

Es cierto que yo me había descuidado bastante estos últimos meses (física y mentalmente) y es cierto que eso llega a cansar, quemar o como quieras llamarlo.

Sé que ya no tendría sentido volver a estar juntas, que nada sería lo mismo y que todo acabaría mal (tal vez peor que ahora, lo cual en este momento no soy capaz de imaginar). Porque no sólo yo había dejado de ser yo misma, tú también habías cambiado.

No añoro la relación que teníamos últimamente, añoro la relación que teníamos cuando yo era Patri y tú eras Bea. Cuando fumábamos de vez en cuando con los amigos y no conocíamos prácticamente ninguna forma de pillar e invertíamos nuestro dinero en ir a sitios distintos.

Caímos en una rutina horrible, y -sin ánimo de quitarme culpa de muchas cosas- creo que la droga rompió parte de nuestra relación y de nosotras mismas. Quieras aceptarlo o no, sabes tan bien como yo que el consumo habitual de cannabis produce los efectos que nosotras hemos vivido: apatía, desmotivación, irascibilidad...Y eso por no hablar de cuando se sufre abstinencia.

Hace mucho tiempo que no pasas sin fumar más de 24 horas, pero en tan sólo 4 días que estuve yo me sentí fatal, ansiosa, insegura, asustada. Me he acostumbrado a estar colocada; tanto que tener la mente en estado "normal" me parece un estado tan excitado, tan alerta que no me siento cómoda. Por eso llevo tanto tiempo queriendo dejarlo y queriendo que tú lo dejes, porque habíamos entrado en un bucle.

Y justo cuando estaba a punto de conseguirlo me dejaste, y desde entonces no he parado, pero siento que cada día estoy un poco más cerca de lograrlo. Quiero volver a ser la persona viva que era. Quiero divertirme yendo a pasar el día en la calle o en la playa sin necesidad de fumar nada.

Porque cuando fumas a diario con el tiempo vas limitando tu círculo de amigos a personas que fuman, y al final absolutamente todo lo que haces acaba o empieza en lo mismo. Al final de nuestra relación, es cierto que si quedaba con alguien que no fuma, el rato que estuviera con esa persona no estaría colocada, pero justo antes de quedar con ella seguro que habíamos fumado juntas, lo cual no es más que -hablando en plata- la misma mierda.

Me siento hipócrita cada vez que admito tantas cosas negativas de los porros cuando hace sólo 7 horas estaba fumando, pero lo cierto es que espero que escribir todo esto (y el ir escribiendo cosas de las que me vaya dando cuenta con respecto a este tema) me ayude a no volver a fumar.

En definitiva, ahora que no estamos juntas y yo intento volver un paso hacia atrás, lo único que quiero decirte es que independientemente de lo que vayas a hacer con tu vida, espero que algún día reflexiones lo que yo he reflexionado y te des cuenta de que este camino no nos estaba llevando a buen puerto a ninguna de las dos, y si ese día llega y vuelves a ser la persona de la que me enamoré tanto (tanto que a pesar de que ya no eres esa me muero por abrazarte y decirte que te quiero) llámame, porque estaré deseando que formes parte de mi vida aunque no sea como mi pareja.

martes, 1 de noviembre de 2011

Indecisiones.

Llevo todo el día esperando a tener un hueco para sentarme a escribir, y ahora que lo he hecho me doy cuenta de que no tengo ni idea de qué quiero decir.

Hay muchos aspectos de mí misma que me gustaría cambiar. Conozco la causa de alguno de ellos, pero aun así no sé encontrar la solución. Me noto incapaz de decidirme con nada: qué comer, de qué hablar,  qué quiero hacer en cada momento, e incluso no soy capaz de decir si estoy bien o no con seguridad. Esto me frustra mucho.No sé ni el por qué de esta indecisión ni mucho menos cómo acabar con ella.

Siempre quiero tiempo para poder hacer algo, y últimamente todo acaba igual,incluso me ha pasado al empezar a escribir antes; empiezo con ganas y enseguida me "aburro" por decirlo de alguna forma, y vuelvo a no saber qué hacer.

De repente me he encontrado en la universidad, sacándome el carnet de conducir, de profesora particular, con pareja estable y viéndolo todo de una forma lejana; como si estuviera viendo la vida de otra persona en una televisión. Y el caso es que me gusta mi vida ahora, hago las cosas que me gusta hacer, pero aún así siento las cosas de una manera extraña, no sé describirlo, ¿irreales?, ¿ajenas a mí?... ninguna de esas expresiones me satisface, no es lo que quiero decir, pero la verdad es que no se me ocurre ninguna otra aproximación.

Al final algo he escrito. Y lo que me preocupa es que, a pesar de llevar aquí un buen rato, me he explicado lo mejor que he podido y todavía no soy capaz de entenderlo.

lunes, 31 de octubre de 2011

Entrada piloto.

Hace mucho tiempo que me vengo diciendo a mí misma que debería volver a escribir.
Me he dado cuenta de que últimamente sólo veo nubes difusas de ideas en mi cabeza, pienso mil cosas a la vez y no soy capaz de concretar ninguna.

Curiosamente, esto es algo que me ha pasado cada vez que, por un motivo o por otro, he tenido menos tiempo de escribir. Al principio, la poesía y la expresión escrita en sí eran prácticamente mi única vía de expresión; y yo en ese momento no me daba cuenta de que el arte es para mí mucho más que una herramienta expresiva. Me he dado cuenta de que lo necesito para estabilizarme mentalmente.

Así que esta es, en principio, la finalidad de este blog: crear un lugar donde todo se ponga en su sitio.

No voy a tener ningún tema específico, supongo que acabaré hablando de todos los aspectos que componen mi vida.

Cuando era adolescente y me imaginaba cómo serían las cosas en la universidad, mentiría si dijera que esa visión se corresponde con la realidad, pero lo cierto es que me encanta que todo haya ido tal como ha ido.

Si algo tenía claro es que la ciencia formaba parte de mí, y ahora que por fin estoy profundizando mi conocimiento sobre ella, no podría sentirme más realizada. No voy a negar que es una pasión que exige mucho, pero al menos para mí merece la pena.

Es un poco escalofriante pensar en dónde va a acabar esto. No hablo de mí, sino del mundo. La biotecnología es de los campos que más han avanzado últimamente, el estudio de la nanotecnología o de la ingeniería genética ha revolucionado la medicina, pero, ¿hasta dónde vamos a llegar? ¿dónde está la línea que separa el intentar aportar beneficios para la sociedad, el alcanzar un conocimiento acerca de cómo funciona el universo; y jugar a ser Dios?

Yo acabo de entrar en la carrera y ya estoy deseando tener conocimientos suficientes como para poder participar en investigaciones de la universidad, y conforme más me acerco, me siento más fascinada y asustada al mismo tiempo.

Me hace gracia recordar el pensamiento de no querer cambiar mi forma de ver el mundo cuando entrase en la universidad, y lo inevitable que es que tal cosa suceda. Claro que se ven las cosas distintas. Es imposible que una persona que tenga la ocasión de ver desde una célula al microscopio hasta un agujero negro en el espacio siga viendo una planta como una simple planta o incluso a sí mismo como un simple animal.

Todo está demasiado bien construido como para ser producto de la casualidad.

Y para terminar esta entrada, escribiré una de las reflexiones que más me frecuentan: habiendo actividad tan sincronizada dentro de una célula (una célula viva) tan pequeña que hemos necesitado miles de años para observar, y habiendo actividad tan sincronizada en cualquier lugar del espacio, tan grande que posiblemente se escape a nuestra capacidad cognitiva, ¿quién nos dice que nosotros los humanos, que bajo mi punto de vista en general nos consideramos el centro del universo, no somos a otra cosa lo que una diminuta célula es a nosotros?