sábado, 21 de julio de 2012

Ella.

¿Fue una despedida? ¿Sigues aquí? ¿Dónde? ¿Me ves? ¿Tocas las estrelllas? ¿Allí existe el dolor? ¿Existe el amor?

No te olvido. Nunca. Intento estar bien, y a veces me digo a mi misma "¿Cómo vas a estar bien después de esto?"

No es fácil. La gente no lo pone fácil. Mi mente no lo pone fácil. Tu ausencia, demasiado grande. Yo, demasiado frágil.

Me rompo en recuerdos. Te echo de menos. Me repongo, sonrío. Miro al cielo. Qué complicado, coño. Qué lejos.

A veces siento que necesito un abrazo. Pero luego no me atrevo...por si acaso vuelvo a romperme y a sentir que no puedo. ¿Estoy evitando mis sentimientos o superando todo esto? No lo sé. Ni quiero.

¿Por qué te hablo? ¿Por qué tengo miedo? ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Ya me lo creo? ¿Ha cambiado el mundo tanto? O he cambiado yo y no lo veo.

¿Cómo ha tenido cojones el Sol de seguir saliendo a diario? ¿Por qué yo no los tengo? ¿Por qué sigue doliendo tanto? ¿Por qué coño me siento como me siento? ¿Puedo hacer algo? ¿Tú crees que puedo?

¿Es normal que me siga pasando? ¿Durante cuánto tiempo? No vivo en el pasado...pero mi presente está impregnado de tu silencio. De todas las cosas que no te dije. De todas las cosas que no he hecho. Y de las que dije, hice, y no me arrepiento.

Lo que yo daría por volver a escucharte. Lo que daría por verte de nuevo. Lo que daría por tener alas y emprender el vuelo. Buscarte entre las estrellas y ya volveré al suelo. Después de haberte abrazado. Después de haberte dicho que te quiero.

domingo, 15 de julio de 2012

Octava Parte. "La conversación con el pajarillo."

Y sin decir nada más la cazarrecompensas abandonó el castillo.

No tenía muy claro hacia dónde se dirigía; si estaba regresando a alguna parte, yendo hacia un lugar nuevo o andando en círculos. No comprendía del todo qué había ocurrido en realidad.

Encontró un río y acampó junto a él. De repente, un pajarillo se había posado en una piedra junto a la muchacha y, para su sorpresa, le habló:

- Parece que has perdido el rumbo
estando en tu propio mundo.
¿Acaso ya te has rendido
en esa misión que había emprendido?

- Yo nunca me rindo, pajarillo.

- Y si no te has rendido,
¿por qué no estás en el castillo?

- Porque se me empezó a iluminar la cara cada vez que la veía; y su mirada, bien seguía apagada, bien se iluminaba por una que no era la mía.

- Quisiste que recordara que amar es un privilegio contigo,
y la has acabado queriendo como castigo.

- Yo no puedo amar a medias, pajarillo. Y no puede ser libre algo que está cohibido.

-Ella tiene la importancia que tú le has dado.
Le abriste las puertas a tu mundo,
no te lamentes si una parte ha conquistado.

-Si yo le di esa importancia, debería poder quitársela.

- No existiría el desamor
si los sentimientos pudieran
borrarse sin dolor.

- No tiene sentido que esto me duela, ni tiene sentido que lo llames amor.

- Tal vez no tenga sentido para tu razón,
pero intenta explicarle esto a tu corazón.

-Tal vez he intentado ser demasiado racional...

- O lo estás intentando ser ahora estúpidamente,
fingiendo que tu corazón nada siente.
No lo quieres ver porque quieres creerte
que no puede ser.

- Los sentimientos surgen del pensamiento; y los pensamientos se controlan, así que los sentimientos se controlan.

- Intentas establecer leyes y teorías para todo,
y hay cosas con las que no se puede de ningún modo.

- Qué curioso que al final, por muy fuerte, independiente, libre o autosuficiente que sea un guerrero, acabe necesitando escuchar un "te quiero". Qué imbécil he sido creyendo que yo estaba por encima de eso.

- Nadie se escapa.
La teoría la sabemos todos,
otra cosa es la práctica.

sábado, 14 de julio de 2012

Séptima parte.

- Princesa, tengo algo que decirte. - dijo la cazarrecompensas con su mochila a las espaldas.

- ¿Otra de tus batallas?

- De las que más me va a costar no salir perjudicada. Después del pacto de tu llave...cada día que he pasado en el castillo te he dejado una parte de mi alma; yo buscaba que tú fueras libre y no puedo terminar encadenada. Cadenas hechas a base de reprimir mis ansias; y es que, ¿cómo voy a ser libre de amarte si se me rompen las alas? Que cada vez que te tumbas a mirar cómo caen las estrellas yo construyo dentro de mí otra barrera. ¿Cómo va a molestarme a mí que te pierdas en su firmamento si desde el primer momento en que te vi yo buscaba tu sonrisa? No me arrepiento. Si tuviera que volver a hacerlo, lo haría, lo haría y lo haría. Si tuviera que atravesar mil matorrales espinados sin dudar los atravesaría. Pero que no dude de aventurarme no quiere decir que no salga herida. Sólo necesito retirarme antes de que sea demasiado grande o pierda demasiada sangre o me importe que no estés algún día. Lo siento si soy cobarde, nunca pretendí presumir de valentía. Lo siento si es que llegué tarde. Y ni me voy, ni quiero marcharme. Sólo creo que aquí ya no me necesitas. Eres fuerte y tienes coraje y yo regresaré cuando te haga falta sin que si quiera me lo pidas. Nuestros caminos no dejarán de encontrarse, pues de algún modo nuestras vidas ya están unidas. Volveré a verte cuanto antes, y  siempre te traeré más sonrisas en la mochila.

jueves, 12 de julio de 2012

Sexta parte.

Un día, cuando la cazarrecompensas regresó de una de esas misiones que de tiempo en tiempo emprendía al castillo, la princesa le invitó a cenar en su compañía.

- Pareces estar realmente cansada. ¿Te hirieron acaso anoche? ¿Dónde estabas?

- No te preocupes, princesa, sólo fue una más de mis batallas. Ya he regresado, y de una pieza, qué más da dónde se librara.

- ¿Cómo supiste encontrar mi llave? ¿Cómo supiste con tanta exactitud dónde se hallaba?

- Digamos que tuve que dar algo a cambio. Pero esa cuenta ya está saldada.

- ¿Me responderías qué es si te preguntara?

- Para devolverte la llave de tu mundo, la llave del mío debía ser duplicada.

- ¿Y no supone eso una amenaza? ¿No podría ahora cualquiera encontrarla?

- La llave está en el castillo, sólo tú puedes alcanzarla. Yo conservo mi propia llave, pero con la copia no estoy vinculada. En tus manos está adentrarte en mi mundo y conocerlo cuando de este estés saturada. Entra y sal cuando te apetezca, pero, por favor, no rompas nada.

- ¿Acaso te gustaría que te devolviese tu llave cuando la encuentre?

- Cuando la tengas, podrás quedártela, devolvérmela o destrozarla. Su creación fue la ofrenda reclamada, sólo tuya es la libertad de cómo utilizarla.

miércoles, 11 de julio de 2012

Quinta parte.

Así que la cazarrecompensas se acabó instalando en el castillo de la princesa.

La habitación que le habían preparado estaba en la planta más alta. La muchacha así lo prefería; pues deseaba estar "tan cerca del cielo como sea posible; sobre todo cuando quiero descansar."

Podía acceder a los tejados del castillo y; de hecho, era un hábito que rápidamente adquirió; en especial de madrugada.

La princesa a veces se preguntaba si tendría en algún lugar una casa, ya que aunque a veces le contaba historias de viejas batallas, lo cierto es que de sí misma poco hablaba.

A veces podía notar tristeza en su mirada, en su voz, o en sus palabras; pero la cazarrecompensas casi nunca parecía darle importancia si le preguntaba. "Viejas heridas de guerra." Y se marchaba.

En el castillo siempre había quehaceres, y desde que se corrió la voz en el reino de que la princesa había rescatado su corazón las visitas nunca cesaban. Cada día había en la puerta cientos de pretendientes tratando estúpidamente conquistarla.

-¿Qué piensas de todo esto cazarrecompensas? Me siento un poco abrumada. Todo el que viene al castillo asegura que va a hacerme feliz. Todos aseguran que junto a ellos yo dejaría de sufrir.

- Princesa...tu felicidad no está en unos labios. Ni en los de quien te haya besado en el pasado, ni en los que tienes delante, ni en ninguno de los que hoy te han hablado. Puede que tengas la llave de tu corazón, pero tu alma no la has liberado. No podrás nunca enamorarte hasta que no quede ni un ápice encadenado. Lo sabrás porque lo verás todo diferente. Porque verás siempre algo nuevo por cada camino, aunque ya hayas mil veces pasado. Disfrutarás del aire, de la arena; supongo que te resultará un poco raro. Disfrutarás también de cosas que seguramente ya habías olvidado. Serás feliz sin necesitar nada más que a ti misma y yo...yo sólo espero poder estar entonces a tu lado.

martes, 10 de julio de 2012

Cuarta parte

Durante las semanas siguientes la cazarrecompensas vivió en los jardines ddel castillo; casi todas las mañanas se acercaba a las clivias que había plantadas bajo la alcoba de la princesa; le cantaba hasta que se asomaba por la ventana; le daba sonriente los buenos días y se volvía a marchar.

Abandonaba el casrillo con frecuencia; muchas veces durante días y, en estas ocasiones, solía volver oliendo un poco a mar.

En otras sin embargo regresaba llena de magulladuras y heridas a los jardines, y sollozaba con melancolía sin poder evitar romper a llorar.

Una noche salió la princesa del casrillo en plena madrugada y vio a la cazzarecompensas despierta tiritando de frío.

 Te he traído una manta. ¿Por qué sigues en los jardines? - Preguntó la princesa sentándose al lado de la chiquilla.

- Gracias. Bueno; está claro que me he quedado por si necesitabas alguna misión más.

-¿De verdad? -con cierto asombro- ¡No me lo puedo creer! Hay mil cosas en las que podrías ay haberme ayudado en el castillo, ¿cómo se te ocurre quedarte en el jardín? ¿Esperabas que te rogara ayuda?

-¿Cómo se te ocurre a ti pensar que voy a instalarme en tu castillo sin que me digas nada? Fui siempre a cantarte bajo la ventana, para que me invitaras  a entrar si así lo querías. Yo vine a mostrarte dónde estaba tu llave, y tu llave aquí está.

- Es que no recordaba cuánto dolor había encadenado, no recordaba qué es la libertad-  La princeas estaba abatida- estoy asustada. Me da tanto pánico el fracaso como la felicidad. No podría volver a caerme y levantar. Siento que mi corazón no aguantaría una sola caída más.

-Tranquila. ¿Puedo abrazarte? - Y mientras la abrazaba habló bajito al óido- es normal que tengas miedo, preciosa, llevabas un gran peso a tus espaldas. Pero ya no estás sola, sabes dónde encontrarme.

Se miraron durante un momento. Luego la cazarrecompensas añadió:

- ¿Y qué te trae por los jardines a estas horas?

- No estoy segura. No podía conciliar el sueño, me estaba asfixiando entre esas cuatro paredes y pensé que un poco de aire me vendría bien.

- ¿Quieres que me invente un cuento para ti? O podrías pedirle a algún siervo que tocara el piano para ti. Concentrarte en la melodía puede ser un buen remedio para no pensar en las cosas que te inquieten y que, tan mezquinas, quieren arrebatarte algo tan preciado y tuyo como tu sueño.

- ¿Acabará algún día este pesar?

- Hace ya un tiempo que tu pena comenzó a terminar.

miércoles, 4 de julio de 2012

Sin título.

Una vez, ella escribió: "Creo recordar que si uno se da un golpe, se suele poner hielo en la zona dañada, pues mi corazón estará un tiempo helado después de este otro palo, como la gota que colma el vaso.. y si alguien deseara calentarlo y devolverlo a la vida, tendría que saber como tratar una herida tan profunda como la de mi corazón."

martes, 3 de julio de 2012

El mito de las almas gemelas.

- Yo creo que soy inmortal.

-¿Por qué?.

- Está claro. ¿Tú crees que los ángeles pueden morir?

- No.

- ¿Y los demonios?

- Tampoco.

- Pues por eso yo no puedo morir.

- Pero tú no eres un ángel ni un demonio...

- Tal vez, pero vivo a veces en el infierno, a veces en el cielo; y a veces, como ahora, me quedo en medio.

-¿Entonces ahora eres mortal?

- No lo sé. Supongo  que sí.

- Es curioso que seas más vulnerable ahora que en el infierno.

- Aquello no es tan malo como lo pintan. A mí me gusta más que esto. Este sitio da miedo.

- Pues despierta.

- ¿Puedo?.

- Claro. Aunque debes saber que probablemente jamás vuelvas aquí. Pero nos veremos. Cuando el infierno te queme, cuando tu mayor desgracia sea la bendición de la inmortalidad, cuando desesperes y quieras rendirte, apareceré yo. En el último segundo. Y te pondré a salvo, te abrazaré y cuidaré de ti. Sólo que estaré diferente.

-¿Y cómo voy a reconocerte?

- Supongo que iré en chanclas.

-¿Quién eres?

- Hace tiempo todas las almas, las esencias estaban emparejadas de dos en dos. Al separarse para la encarnación, el destino de esas dos partes es reencontrarse. Algunos lo llaman amor, tú llámalo o llámame como quieras.


Y despertó.