jueves, 12 de abril de 2012

Cuando sobran las palabras.

Hay que ver cuando sobran las palabras
lo que transmite el simple roce de unos dedos.

No tengo más que decirte que eso que sentiste
cuando te mordí el cuello.

No tengo más calor que darte que el que fundió
tu cuerpo con mi cuerpo.

No existen palabras que se enreden
mejor que yo en tu pelo,
ni un viaje más completo
que sin moverte llegar al cielo.

Cuanto más despacio, más desespero,
cuanto más deprisa, más me muero,
cuanto más adentro, más te quiero,
cuantas menos barreras, más ropa en el suelo.

Nunca te he gritado tanto
como cuando lo hice en silencio.
Nunca me ha dado tanta rabia
que ahora estés tan lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario